Adiós al doctor José Felix Patiño: la salud colombiana está de luto

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El pasado jueves 27 de febrero el país recibió la triste noticia del fallecimiento del Doctor José Félix Patiño (1927-2020). Un académico y pensandor de la salud cuyos aportes en los campos de la clínica y la salud pública colombiana son invaluables .

Durante su ejercicio profesional desempeñó roles determinantes del sector salud del país: fue director médico del Hospital Universitario San Juan de Dios (Bogotá), Ministro de Salud (1962-1963), Rector de la Universidad Nacional (1964), Presidente de la Academia Nacional de Medicina de Colombia,  y durante sus últimos años trabajó como Jefe Honorario del Departamento de Cirugía del Hospital Universitario de la Fundación Santa Fe de Bogotá. En cada de una de estas posiciones actuó desde su férrea creencia en que la atención en salud es una práctica social altruista que busca mejorar a la persona y a la colectividad. Para él, el hecho de que en 1993 la atención en salud se tornara en un negocio (Ley 100) bajo un modelo mercantilista, era la mayor perversión de la moral social. (Epicrisis, 2018)

El doctor Patiño fue un promotor y defensor de la figura del hospital público y el hospital universitario. Consideraba que estas instituciones eran instituciones únicas e importantes en la estructura social, que debían regirse por la vocación de servicio centrado en el paciente, mediante una disciplina estricta de carácter interdisciplinario, en el marco de una ética estricta (Patiño, 2016).

En 2016 el Doctor Patiño escribió una valiosa editorial para la Revista de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, en la que retoma la figura del hospital universitario, lo que debiera ser y lo que es. Dejamos esta interesante lectua a continuación:

 

 

“El Hospital, en esta época donde predomina el neoliberalismo económico y en medio de la competencia feroz que implantó la Ley 100 de 1993 al haber convertido la atención de la salud en un bien de mercado y el sistema de seguridad social en salud en un negocio, requiere una sólida estructura administrativa y de gestión gerencial. Pero ello jamás puede opacar su vocación social, llevar a olvidar el compromiso con su misión humanitaria, su característica de institución de servicio público, su atención al mantenimiento de los más elevados estándares científicos y técnicos ni su obligación de proteger y estimular a quienes prestan los servicios de atención al paciente, fundamentalmente las enfermeras y los médicos.”

El doctor Patiño fue nombrado Ministro de Salud  en 1964 por el ex-presidente Guillermo León Valencia, quien lo convocó cuando ejercía como Jefe de Cirugía del Hospital Universitario San Juan de Dios. Fue parte decisiva del movimiento que se dió durante la década de 1960 para promover un nuevo mercado para los medicamentos genéricos y en construir una política farmacéutica que regulara su comercialización. Colombia fue uno de los primeros países en acompañar esta iniciativa, guiado de la mano del doctor Patiño (García, 2017). Esta iniciativa fue la que le permitió al gobierno de León Valencia cumplir con la promesa de campaña sobre bajar los precios de los medicamentos en el país, pues para él “la reducción del precio de los medicamentos como un instrumento de “Revolución social”, el cual ayudaría a disminuir “la peligrosa brecha entre ricos y pobres” y a “consolidar la seguridad de la Patria”” (García, 2017).

Al doctor Patiño el país le debe esta primera ampliación del derecho a la salud incluyendo el derecho al acceso a medicamentos. A la vez fomentó que el Estado colombiano se constituyera como regulador que propiciara la armonía entre industria, innovación y acceso a la salud, de manera que la industria local incipiente en aquellos tiempos tomara la fuerza necesaria para ofrecer los medicamentos que necesitaba la población colombiana con calidad y a precios asequibles.

Como lo hizo nuestro fundador en vida, queremos reconocer y destacar el rol del doctor Patiño en la defensa del derecho a la salud y al acceso a los medicamentos. Sus aportes a nivel científico, filosófico y político deben protegerse y transferirse al quehacer de las escuelas de ciencias de la salud y al ejercicio de los tomadores de decisión en temas de salud pública. Un pensador ejemplar que actuó siempre en pro de una salud como derecho fundamental.

El país le echará de menos.

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