Licencia Obligatoria para imatinib: el caso de Colombia

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¿Qué es el Imatinib?

El imatinib es un medicamento oncológico utilizado para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC). Antes de su aparición esta enfermedad era mortal. Hoy, gracias al imatinib, en el 90% de los casos los pacientes logran mejoría completa y “la enfermedad se cronifica”.

Además, el imatinib es un recurso terapéutico importante en otros tipos de cáncer, enfermedad que deja en Colombia un saldo de 100 muertos diarios.

El imatinib en Colombia

Glivec® es el nombre con el que Novartis comercializa imatinib en Colombia.

En el 2003 la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) negó a Novartis la patente para el Glivec®, por considerar, con argumentos debidamente sustentados, que el producto carece de nivel inventivo. Novartis apeló la decisión ante el Consejo de Estado y en el 2012 éste ordenó otorgar la patente. “Fue una decisión legal (…)a todas luces indecente e inmoral. Detrás estaban en juego muchos intereses comerciales. La Superintendencia no se defendió de manera correcta”[1].

Esto implicó la salida del mercado de alrededor de ocho competidores genéricos, los cuales atendían el 20% de la demanda con precios inferiores a los del Glivec® en un 68 a 77%, con el consiguiente impacto sobre los precios y el acceso a este bien necesario.

Ante esta situación, en noviembre del 2014 las organizaciones Misión Salud, Fundación Ifarma y Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional (CIMUN) solicitaron al Ministerio de Salud la declaratoria de interés público en el acceso al imatinib en condiciones de competencia, paso previo necesario para poder pedir al gobierno el levantamiento de la patente del Glivec® mediante la concesión de una licencia obligatoria. En seguida dicha solicitud fue respaldada por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), la Pastoral de la Salud para Latinoamérica del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Federación Médica Colombiana (FMC) y el Observatorio del Medicamento de la FMC (OBSERVAMED).

En respuesta, el Ministerio de Salud notificó a los solicitantes el inicio de la actuación administrativa correspondiente[2], la cual se encuentra en trámite. De prosperar la aspiración de los solicitantes, el paso siguiente sería solicitar la concesión de la licencia obligatoria ante la Superintendencia de Industria y Comercio, lo que permitiría el regreso al mercado de las ocho versiones genéricas con precios asequibles y el ingreso de nuevos competidores.

Según el Observatorio del Medicamento de la Federación Médica Colombiana (OBSERVAMED), en el período 2008-2014 el país pagó por imatinib cerca de $400.000 millones (80% Glivec®). Con base en este dato, el ingreso al mercado de competidores con precios inferiores a los del Glivec® en alrededor del 70%, significaría un ahorro para el sistema de salud de más de $40.000 millones anuales.

$40.000 millones que salen del bolsillo de los colombianos y entran a las arcas de los accionistas de NOVARTIS.

$40.000 millones que podrían destinarse a la construcción de hospitales y centros de salud o a la satisfacción de otras necesidades prioritarias de la población.

Esta situación, sumada al precio inalcanzable del Glivec®  (más de $53 millones de pesos/paciente/año) y a la importancia terapéutica del producto para el tratamiento de la LMC y otros tipos de cáncer, justifica plenamente que el gobierno nacional primero declare de interés público el acceso al imatinib, como lo ha solicitado la sociedad civil, y luego levante la patente del Glivec®, a través de la expedición de una licencia obligatoria que abra las puertas a la producción y comercialización de versiones genéricas asequibles.

[1] Francisco Rossi, Director de la Fundación IFARMA. Citado por El Espectador. El medicamento de los $400 mil millones. Bogotá, 12 de marzo del 2015.

[2] Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, (Resolución 0354 de 2015)

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