La falta de acceso a medicamentos en el mundo en desarrollo, en donde habita el 80% de la población mundial, es el más grande problema sanitario que afronta hoy el planeta, no sólo porque compromete los derechos a la salud y a la vida, los primeros y más preciados de los derechos del hombre, sino porque afecta a más de 2.000 millones de personas (la tercera parte de la población mundial), la mitad de las cuales prácticamente no conoce estos bienes esenciales y la otra mitad no dispone de ellos cuando los requiere para tratar las enfermedades y prolongar la vida.
Únicamente son comparables a este problema el drama del hambre y la desnutrición crónica, que de acuerdo con la FAO aqueja a 868 millones de seres humanos, de los cuales 850 millones viven en países en desarrollo, y la falta de agua potable por escasez física del líquido o por contaminación de sus fuentes, que según la Asamblea Mundial de la Salud padecen más de 3.000 millones de personas, en muchos casos debido a acciones u omisiones irresponsables de los individuos y de las empresas.
La carencia de medicamentos esenciales es tan grave que, en concepto de la Organización Mundial de la Salud, si se aumentaran la disponibilidad y la accesibilidad de los indicados para combatir las enfermedades prevalentes en los países en desarrollo, “se podrán salvar más de 10,5 millones de vidas al año para 2015 .A un pueblo de 29.000 habitantes cada día!
Según un estudio de la Universidad de Washington, publicado por la revista médica The Lancet, en el 2008 fallecieron en el mundo 8,8 millones de niños menores de cinco años, 98% de los cuales vivían en países de medianos y bajos ingresos. En concepto de los investigadores, hay evidencias de que el 80% de estos niños (cerca de 7 millones) podrían haberse salvado con un acceso regular a los productos sanitarios existentes.
América Latina no es la excepción. Según proyecciones de la CEPAL y la OPS, dadas a conocer en noviembre de 2012, de los 580 millones de habitantes que hay en la región, 40% (230 millones) no cuentan con seguro de salud y 22% (125 millones) carecen de acceso permanente a los medicamentos y demás servicios básicos de salud. Es de suponer que todas estas personas viven en estado de pobreza o de miseria, lo que les impide pagar la mayor parte de los productos para la salud.
En Colombia, a pesar de que la cobertura en salud se ha ampliado significativamente en los Últimos 20 años, hasta llegar a ser casi universal, todavía una parte importante de la población carece de acceso a medicamentos porque no pertenece al sistema de salud (cerca de 2 millones de personas, de las cuales 400.000 viven en Bogotá) no recibe los fármacos que el propio sistema prescribe o los recibe incompletos o tardíamente. Según el Documento CONPES – Política Farmacéutica Nacional 2012, en 2011 del total de personas aseguradas atendidas por el sistema y que les fueron prescritos medicamentos, la tercera parte no los recibiá efectivamente. La totalidad de estas personas carece de capacidad para pagar los fármacos de su bolsillo, especialmente los de alto costo, que cada día son más numerosos.
Para enfrentar este crítico problema social, que a diario se traduce en enfermedad, sufrimiento y pérdida de vidas humanas, a finales del siglo pasado se creá Misión Salud, en un comienzo como un movimiento ciudadano y meses después como una institución sin fines de lucro, integrada por la Conferencia Episcopal de Colombia y otras organizaciones de la Iglesia Católica y por personas interesadas en la búsqueda de soluciones.
Misión Salud realiza o promueve investigaciones tendientes a identificar las causas de este drama a nivel nacional e internacional y a medir su impacto económico y sanitario, adelanta en representación de la sociedad civil gestiones orientadas a neutralizar esas causas para eliminar o al menos aminorar su efectos perversos, e impulsa iniciativas dirigidas a mejorar el acceso de la población de escasos recursos a los medicamentos esenciales para tratar las enfermedades y salvar vidas.
Programa prioritario de Misión Salud es el Banco de Medicamentos, a través del cual se suministran medicamentos esenciales a miles de enfermos en situación de extrema pobreza y marginalidad.
En cumplimiento de su vocación internacional, Misión Salud coordina la Alianza LAC-Global por el Acceso a Medicamentos, una red de organizaciones de la sociedad civil de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica dedicadas a la promoción y defensa del derecho a la salud y a los medicamentos.
Más detalles sobre los objetivos de Misión Salud y sus frentes de acción pueden obtenerse en el enlace Quiénes somos.
