El acceso a medicamentos en población migrante, una mirada general

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Bogotá.  27 de marzo de 2024

Por Juan Camilo Gutiérrez

Investigador Científico de Misión Salud

Según la Organización Mundial para las Migraciones – OIM, entidad intergubernamental adscrita a las Naciones Unidas, en el año 2022 había en el mundo alrededor de 281 millones de migrantes internacionales (independientemente de la causa de migración o el estatus legal), lo que equivale al 3,6% de la población mundial de ese momento.

El transito de personas entre países no es de ninguna manera un fenómeno nuevo, pero si creciente, pues las cifras ya expuestas contrastan con los 173 millones de migrantes internacionales en el año 2000 (un 2,8% de la población mundial).

Las causas de estos movimientos humanos son diversas: la búsqueda de mejores condiciones económicas, laborales y salariales (en 2020 se generaron cerca de 702 mil millones de dólares en remesas internacionales), los conflictos armados internos y entre países, así como la persecución étnica, religiosa, racial, política y cultural (en el año 2022, cerca de 26,4 millones de migrantes internacionales eran refugiados).

A lo anterior se suman factores ambientales, como son los desastres naturales (inundaciones, huracanes y terremotos, entre otros), o las manifestaciones del cambio climático, que afectan las condiciones y de calidad de vida de las personas (en 2020 hubo 46.000 desplazamientos causados por las temperaturas extremas y 32.000 por sequías).

Los migrantes, particularmente los irregulares, son una población altamente vulnerable, careciendo en muchas ocasiones de condiciones de subsistencia adecuadas y viendo vulnerados sus derechos humanos; son además altamente susceptibles de ser víctimas de organizaciones criminales, como los grupos de trata de personas, así como a actos de discriminación y de xenofobia, es así que, por ejemplo, para 2020 murieron o desaparecieron en el mundo alrededor de 3900 migrantes, pese a las restricciones en la movilidad entre países que supuso la pandemia de Covid-19.

Una de las vulnerabilidades mas evidentes que puede padecer la población migrante en territorio extranjero es la falta de acceso efectivo a servicios de salud, y particularmente a medicamentos y a otras tecnologías sanitarias esenciales.

Nuevamente las causas son varias, e incluyen problemas en las cadenas de suministro, altos costos de las tecnologías sanitarias, falta un de diagnóstico oportuno y adecuado, barreras administrativas y financieras dentro de los sistemas de salud, y discriminación a la población migrante. Lo anterior se ve agravado por los vacíos de información sobre esta problemática, lo que dificulta la toma de decisiones.

No obstante, la evidencia existente señala problemas de acceso efectivo y continuidad en el tratamiento de diferentes grupos de medicamentos esenciales, como son los analgésicos o los antimicrobianos, así como el acceso insuficiente a personal de farmacia debidamente capacitado.

Esto además aumenta prácticas como la automedicación, lo cual a su vez incrementa el riesgo de aparición de nuevos inconvenientes de salud por problemas de seguridad y eficacia, así como de resistencia bacteriana para el caso de los antimicrobianos.

Ahora bien, las vacunas son un grupo de medicamentos esenciales cuya falta de acceso es especialmente relevante en poblaciones vulnerables como la migrante, esto debido a que protegen no solo a la persona inmunizada, sino que con cierto nivel de cobertura vacunal generan también un efecto de inmunidad de rebaño en la población.

Diferentes estudios muestran una mayor susceptibilidad serológica en población migrante y de sus hijos a diferentes patologías inmunoprevenibles, así como menores coberturas de vacunación en esta población. Lo anterior no solo constituye un peligro para la población migrante sino también para la de acogida pues puede reintroducir o aumentar la incidencia de enfermedades que se consideraban bajo control o en eliminación.

En definitiva, los flujos migratorios constituyen un reto para los países receptores, los organismos multilaterales, las organizaciones sociales, y para el sector privado. La atención integral, incluyendo el acceso a servicios y tecnologías de salud, la integración y la garantía de los derechos humanos de los migrantes deberían ser punto en la agenda política de todos los países, especialmente teniendo en consideración los retos que afronta la humanidad actualmente como son el recrudecimiento de los conflictos bélicos, o las cada vez mas evidentes manifestaciones del cambio climático.

Referencias

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El contenido de este artículo está bajo la responsabilidad exclusiva de su(s) respectivo(s)(as) autores(as), por lo que sus contenidos no comprometen a Misión Salud.

 

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