WAIVER de propiedad intelectual: Colonización de la salud y COVID19: oportunidad para una primavera sanitaria

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El mundo tiene una oportunidad impensable en el pasado reciente para ajustar la balanza de la justicia sanitaria, pero lograrlo implica que quienes gobiernan el mercado de la salud global acepten que su modelo se excedió. Un David contra Goliat que definirá si la pandemia sirve para mejorar la salud en todo el planeta.

Por Jennifer Bueno

El avance de la pandemia de COVID19 se ha visto acompañado con varias frustraciones para el sur global. Todos los países han tenido que enfrentar preocupaciones por conseguir insumos, dispositivos, medicamentos, vacunas, refrigeradores, etc., suficientes para cubrir la demanda de atención que la COVID19 les ha generado. Este fenómeno ha convertido en una gran gasa de subastas al mercado sanitario global.

Una buena parte de la distribución de tecnologías sanitarias en el mundo se rige por las reglas del mercado que son dictadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es decir, se aceptó globalmente que los insumos necesarios para proteger la salud sean un bien de consumo como cualquier otro: celulares, zapatos, electrodomésticos, etc. Estas reglas incluyen, entre otras, a las patentes farmacéuticas. Hay algunas “excepciones” en dichas normas creadas para “proteger” la salud pública pero que en la práctica no han podido ser implementadas por quienes las necesitan.

De manera general, la patente es aquel beneficio que los gobiernos le dan a quien genere productos o procedimientos  una que sean nuevos, tengan nivel inventivo y sean susceptibles de aplicación industrial (1). Este le permite decidir si su invención puede ser o no usada por terceros y bajo qué términos (2). En salud las patentes les dan a sus titulares cerca de 20 años de monopolio en el mercado, con la intención de que quien inventó recupere su inversión. Un “incentivo a la invención”.

Aquí es donde todo se complica. El desarrollo tecnológico en el campo de la salud de las últimas décadas no fue igual para todo el mundo. Las capacidades tecnológicas se concentraron en aquellos países con el músculo financiero para apalancar su desarrollo y luego incentivar la comercialización en el mundo a través de la empresa privada. No fue la capacidad intelectual de los países la que determinó el estado actual del mercado de las tecnologías sanitarias, fue el dinero y lo que este permite a nivel de formación, investigación y producción.

Aquí es importante destacar un dato que se olvida con frecuencia: hasta 1994, los medicamentos en el mundo avanzaron sin patentes farmacéuticas. Grandes invenciones como la penicilina y la insulina salvaron la vida de millones de personas alrededor del mundo y aparecieron sin patentes (3).

Al mismo tiempo que la producción se concentró, las reglas se fueron ajustando a la conveniencia de los productores. Si bien pareciera un camino lógico, este no ha sido tal y su impacto global ha afectado negativamente la salud en los países “de menores ingresos”. No son solo los altos precios de medicamentos, también la agenda de investigación está determinada por esta dinámica, se invierte en la investigación y desarrollo de aquellas tecnologías que tienen un mercado atractivo, las que no se quedan rezagadas y muchas no llegan a ver la luz.

(Para profundizar en este tema sugerimos la lectura del libro “La guerra contra los medicamentos genéricos. Un crimen silencioso”, de  Germán Holguín, fundador de Misión Salud.

¿Una posible primavera sanitaria?

Ha sido la pandemia de COVID19 la que, paradójicamente, ha abierto una puerta en un muro inaccesible hasta hace un año. Los países que salieron damnificados por el modelo de innovación y desarrollo están viendo cómo sus sistemas de salud y las vidas de sus ciudadanos dependen, inmoralmente, de empresas privadas cuyo motor esencial es el beneficio financiero. Y sin posibilidades reales ni hipotéticas de producción y autoabastecimiento a corto plazo sólo pueden hacer fila y esperar.

Sin embargo, de la frustración algunas voces han pasado a la acción. Temprano, em marzo del año pasado Costa Rica, con el respaldo de la OMS, promovió la creación de un banco de tecnologías COVID19 (CTAP) que permita compartir de manera abierta y libre información científica, que ha avanzado lentamente y aún no ha salido de la fase de aceptación diplomática.

A finales del año pasado dos de los países más fuertes del sur global India y Sudáfrica decidieron hacer lo que en años pasados sería calificado de locura diplomática. Solicitarle a la Organización Mundial del Comercio, suspender temporalmente, algunas de las medidas de propiedad intelectual definidas el 1994 para el mercado farmacéutico. Esta iniciativa mejor conocida como waiver inició como una solicitud impopular pero ya sumó como co-patrocinadores a Bolivia, Egipto, Esuatini, Kenia, Mozambique, Mongolia, Pakistán, Venezuela, Zimbabue, la Unión Africana y la Unión de países menos desarrollados (4) y cuenta con el respaldo de otras naciones, miembros del parlamento de la Unión Europea(5)  y la sociedad civil internacional.

El pasado 4 de febrero se realizó una reunión informal del Consejo ADPIC de la OMC, que es la instancia que determinará si la iniciativa avanza o no. Los países promotores solicitaron avanzar en las negociaciones sobre la construcción de un texto oficial. Esta solicitud fue rechazada por los países defensores del modelo de propiedad intelectual actual, que centralizan la producción de tecnologías sanitarias en el mundo Canadá, Estados Unidos, Japón, Suiza y la Unión Europea.

Según estos países ya existen flexibilidades dentro de los ADPIC que les permiten a los países manejar las medidas de propiedad internamente en casos de emergencia sanitaria y, además, adujeron que ya hay un mecanismo multilateral (COVAX), para ayudar a los países a acceder a las tecnologías de manera oportuna y justa. A pesar de que los países promotores presentaron en la reunión evidencia concreta de que los derechos de propiedad intelectual son una de las mayores barreras para abordar la pandemia y aumentar la producción de vacunas y medicamentos en el mundo, los países opositores se mantuvieron en su posición (6).

La reunión no llegó a ningún acuerdo. La presidenta del Consejo ADPIC convocó a una reunión formal el 23 de febrero en la que se discutió un proyecto de informe en el que quedaron consignadas las evidencias presentada y la posición de los miembros para continuar la discusión:

“Esto significa que el Consejo de los ADPIC aún no ha completado su examen de la solicitud de exención. Por lo tanto, el Consejo de los ADPIC seguirá examinando la solicitud de exención e informará al Consejo General según lo estipulado en el párrafo 3 del artículo IX del Acuerdo de Marrakech “.

La reunión del Consejo General se realizó el 1 y 2 de marzo y aún no se conocen las conclusiones pues se restringió el acceso.

Colombia: en el limbo diplomático

Es necesario hablar sobre la posición de la delegación de Colombia. Según las fuentes consultadas el país fue uno de los que solicitó que los debates sobre este asunto sean basados en la evidencia. Valdría recordarle a la delegación nacional que la sociedad civil colombiana desde hace más de 15 años ha intentado que el país aplique las flexibilidades de propiedad intelectual (licencias obligatorias). Los procesos han durado años y ninguno ha llegado a un cierre positivo (ver casos Kaletra (7), Glivec (8) y Hepatitis C (9,10). La evidencia está en la casa.

Las flexibilidades ADPIC exaltadas por los países proteccionistas no son herramientas fáciles de aplicar en la práctica. Hay que recordar que Estados Unidos y Suiza hicieron fuertes presiones diplomáticas cuando Colombia estaba tratando de lograr una licencia obligatoria de imatinib. Es una falacia exponer que no es necesario suspender las medidas de propiedad intelectual porque estas incluyen flexibilidades que los países pueden usar para resolver sus necesidades. La experiencia ha demostrado que el país no tiene voluntad para aplicarlas y que, por ende, no es un proceso eficaz para resolver necesidades en una emergencia.

Que no se cierre la puerta. Los estados como Colombia deben respaldar de manera contundente esta propuesta que logró mover los cimientos de un modelo que dábamos por definitivo, incluidas sus injusticias. Se trata de una búsqueda de justicia social y de darles a la salud y la vida el lugar que les corresponde como derecho humano fundamental.

Referencias

  1. Comunidad Andina. DECISION 486. REGIMEN COMUN SOBRE PROPIEDAD INDUSTRIAL [Internet]. 486 2000. Disponible en: https://www.mision-salud.org/wp-content/uploads/2013/02/DECISION-486.pdf
  2. Organización Mundial del Comercio. Patentes [Internet]. Sobre la PI. [citado el 17 de febrero de 2021]. Disponible en: https://www.wipo.int/patents/es/index.html
  3. Holguín Zamorano G. La guerra contra los medicamentos genéricos. Un crimen silencioso. Aguilar / Pengüin Random House; 2014. 321 p.
  4. The TWN. TRIPS Waiver Proposal: A Compilation of Statements & reports [Internet]. Intellectual property. 2021 [citado el 17 de febrero de 2021]. Disponible en: https://www.twn.my/title2/intellectual_property/trips_waiver_proposal.htm
  5. Members of the European Union Parliament. Declaration from memebers of the european parliament to urge the commission and member states not to block the TRIPS waiver at the WTO and to support global access to CVID-19 vaccines [Internet]. 2021. Disponible en: https://t.co/AajQ9tRH0T?amp=1
  6. The TWN. Developing countries call for text-based negotiations on TRIPS waiver [Internet]. 2021 [citado el 17 de febrero de 2021]. Disponible en: https://www.twn.my/title2/wto.info/2021/ti210204.htm
  7. Organización Mundial del Comercio. Experiencia colombiana sobre licencias obligatorias. Caso Kaletra [Internet]. Disponible en: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjWwfnk-YTvAhUdQRUIHe7nBhwQFjABegQIAxAD&url=https%3A%2F%2Fwww.wipo.int%2Fscp%2Fen%2Fmeetings%2Fsession_30%2Fcomments_received%2Fcolombia_es.pdf&usg=AOvVaw0H2JEL2SMJFYxGwDOJ7AtO
  8. Misión Salud. Caso imatinib en Colombia: siguen apareciendo evidencias de presiones – [Internet]. Misión Salud. 2018 [citado el 25 de febrero de 2021]. Disponible en: https://www.mision-salud.org/2018/02/caso-imatinib-en-colombia-siguen-apareciendo-evidencias-de-presiones/
  9. Bueno J. Hepatitis C: Coadyuvancia de Misión Salud [Internet]. Misión Salud. 2018 [citado el 25 de febrero de 2021]. Disponible en: https://www.mision-salud.org/2018/02/hepatitis-c-coadyuvamos-el-proceso-de-solicitud-de-declaracion-de-interes-publico/
  10. Correa CM, Velasquez Arango G. Acceso a medicamentos: Experiencias con licencias obligatrias y uso gubernamental. El caso de la hepatitis C [Internet]. Bogotá, Colombia: IFARMA; 2018. (Buscando Remedio). Disponible en: https://www.mision-salud.org/2018/02/hepatitis-c-coadyuvamos-el-proceso-de-solicitud-de-declaracion-de-interes-publico/
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