El Centro Camiliano, una de nuestras organizaciones fundadoras, nos invitó a compartir lo que hemos construido al interior de la familia Misión Salud a lo largo de estos 14 años de dedicación en favor del acceso a medicamentos en Colombia y en el mundo, en el marco de la bienvenida que ofreció a altos jerarcas de la Iglesia Católica de Latinoamérica reunidos en Colombia para la Celebración de Jubileo Extraordinario de la Misericordia en el Continente Americano. Este encuentro americano forma parte de la respuesta a la invitación desde Roma del Papa Francisco a los fieles católicos a iniciar un “Jubileo Extraordinario que tenga en el centro la Misericordia de Dios”.
Vivimos así una privilegiada experiencia que propició una enriquecedora reflexión colectiva en compañía de los Cardenales, Obispos, Sacerdotes y laicos presentes, provenientes de Canadá, Chile, Colombia y Estados Unidos, entre otros países, en torno a cómo las acciones de defensa del acceso a medicamentos ante tomadores de decisiones a nivel nacional y mundial en el campo de la propiedad intelectual y la búsqueda de nuevos modelos de innovación, desarrollo e investigación de medicamentos constituyen en sí mismas testimonio y oportunidad de acción para ayudar a aquellas personas que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad actuando sobre la raíz de la inequidad.
La sesión de inauguración de este encuentro tuvo lugar días antes y contó con la presencia del Presidente Juan Manuel Santos, de cuyo discurso celebramos especialmente las siguientes consideraciones, por recibirlas como derroteros del Gobierno en el camino hacia la materialización de la priorización del derecho a la salud y el acceso a medicamentos frente a intereses privados de lucro en nuestro país:
“Por eso la Iglesia y el Estado colombiano hemos coincidido en este camino hacia la paz: porque nuestro propósito común –cada uno por su carril– es buscar soluciones a problemas concretos, con coraje, con innovación, y siempre atendiendo al respeto por el ser humano, por su dignidad, por su destino superior y por el bien común.
El país en paz que buscamos –la Iglesia y el Estado– es un país de ciudadanos libres, que construyen equidad y transitan los caminos de la solidaridad.”
Agradecemos de manera muy especial al Centro Camiliano y a todas las personas que hicieron posible este encuentro que nos llenó de inspiración y vitalidad y sembró nuevos caminos para seguir avanzando en esta vocación mutua de hacer lo que esté en nuestras manos para que la dignidad del Ser Humano y sus derechos recuperen el lugar que le corresponde en el orden espiritual, social, político y económico.