SÍ al derecho a la salud, a la libertad y a la paz

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Por: Comité Editorial de Misión Salud

Desde una perspectiva amplia y teniendo como foco de análisis el comportamiento de los seres humanos entre sí, percibimos y pensamos que el mundo de hace 206 años tiene bastantes similitudes con el mundo en el que vivimos hoy[1]: expansivas ambiciones políticas y económicas de escala global, toma de decisiones que priorizan el interés particular sobre el bien general por parte de aquellos que ostentan el poder político y los poderes financieros, creciente apertura hacia el conocimiento y la información, y auténticas motivaciones de soberanía, entre otros puntos de convergencia.

¿Qué es lo que animó a nuestros antepasados hace 206 años a batallar por un sueño? Corriendo el riesgo de ser simplistas, podríamos decir que fue la indignación, esto es, el enfado vehemente contra un estado de cosas intolerable e injusto. Este fue el mismo sentimiento que en años recientes motivó corrientes sociales que exigieron y exigen un cambio de rumbo en la política social y económica que ha llevado a muchas personas a la precariedad en distintas partes del planeta. De manera que sería bastante entendible que en el actual momento nacional la indignación fuera el motor de un movimiento de cambio. Sin embargo, las profundas experiencias que estamos viviendo como país en torno a la paz y la magnitud de los retos y oportunidades de diferente índole que ésta representa nos están invitando a encontrar otros motores de acción, otros móviles coherentes con la meta de la paz, que nos lleven a forjar entre todos una relación de armonía y cooperación entre las personas. Llegar a la paz construyendo paz.

Así como hace 206 años la meta de nuestros antepasados fue la libertad, desde hace décadas Colombia persigue la meta de la paz. En este orden de ideas, Misión Salud fiel a su misión, contribuye al alcance de este propósito nacional protegiendo y promoviendo el derecho a la salud de los colombianos, parte esencial de los sueños que todos abrigamos. Sobre el particular recomendamos la lectura del artículo “Right to health, Colombia and US Congress” escrito en The World Post, por Todd Howland, representate de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas para Colombia.

En este contexto invitamos a todos los actores (poderes públicos, iglesia, organizaciones de la sociedad civil, industria y academia) y a todos los ciudadanos a que pongamos cuanto esté a nuestro alcance para que el acceso universal y equitativo a los medicamentos necesarios para la salud y la vida forme parte de una política de paz coherente y sostenible.

Es indiscutible que la salud y los medicamentos necesarios son bienes superiores a los que todo ser humano tiene derecho. Garantizar el acceso universal y equitativo a ellos es fundamental para la construcción de dignidad, libertad y relaciones armónicas.

Avancemos juntos en el camino de la paz, dedicando nuestras voluntades, energías y demás fortalezas a hacer realidad en el presente los bienes más elevados del ser humano, los sueños, comenzando por el bienestar integral de las personas y su entorno.

“La tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos”[2].

 

[1] https://twitter.com/JuanManSantos/status/755761758933884928

[2] Santo Padre Francisco I, Exhortación Apostólica del evangelio en el mundo actual, punto 183.

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